A día de hoy, la hipertensión es uno de
los principales problemas de salud pública en EE.UU y Europa, por
ejemplo en EE.UU los hipertensos alcanzan los 58,4 millones de adultos
(28,7%). La prevalencia de la hipertensión aumenta con la edad, y es
mayor en los varones y en la raza negra. Es el factor que mas afecta al
desarrollo de episodios de cardiopatía coronaria (500.000 muertes al año
por ataque al corazón en EE.UU).
Existe una relación de riesgo entre
riesgo de enfermedad cardiovascular y la tensión arterial, en valores de
115/75 y conforme aumenta 20/10 mmHg respectivamente, el riesgo de
enfermedades cardiovasculares se duplicará.
Claramente existe una relación entre
obesidad e hipertensión, en donde el 75% de los casos en hombres y el
65% en mujeres son consecuencia del sobrepeso o de la obesidad.
La OMS (2003) hace una clasificación de
los valores de tensión arterial, en siguiente cuadro podemos observar
los grupos desde óptima hasta HTA 3 (HTA= hipertensión arterial):
Categoría | Tensión Arterial sistólica | Tensión arterial diastólica |
---|---|---|
Óptima | <120 | <80 |
Normal | 120-129 | 80-84 |
Normal Alta | 130-139 | 85-89 |
HTA 1 | 140-159 | 90-99 |
HTA 2 | 160-179 | 100-109 |
HTA 3 | > o = 180 | > o = 110 |
En cuanto al ejercicio físico, existen
diferentes
estudios como el de Whelton 2002, en donde se llega a la
conclusión de que el ejercicio aeróbico produce reducciones
significativas en los valores de tensión arterial de 3 a 4 mmHg en la
sistólica y de 2 a 3 mmHg en la diastólica, no obstante, estas
reducciones aumentan en individuos hipertensos a 7,4 para la sistólica y
5,8 en la diastólica, con lo cual la importancia del ejercicio aeróbico
es mayor en individuos hipertensos. Además de lograr
una disminución de la presión arterial, se puede observar como esta
disminución puede llegar a prolongarse incluso hasta las 22 horas
después del ejercicio.
Los ejercicios indicados para este grupo
de personas deben ser predominantemente aeróbicos como caminar, correr,
nadar, pedalear, con una intensidad leve a moderada, es decir entre el
40 y 60% del VO2max,
con una frecuencia cardíaca entre el 60% y el 80% de la máxima. La
duración del ejercicio tendrá como mínimo 30 minutos y como máximo 60
minutos por día y entre 3 y 5 días semanales. Con estas indicaciones se
conseguirá reducir la presion arteriañ sistólica entre 10 y 20 mmHg, y
entre 5 y 15 mmHg en la presión arterial diastólica.
Además del entrenamiento aeróbico hay
que tener presente el entrenamiento de fuerza, en donde si se hace
adecuadamente con bajas resistencias y con patrones respiratorios
adecuados puede ser beneficioso, sobre todo para realizar las tareas de
la vida cotidiana, la recomendación básica es no pasar del 50% de 1 RM
(repetición máxima), con lo cual la carga será ligera, y debemos de
evitar la apnea respiratoria ya que provocaría la maniobra de valsalva
con la consecuencia de que aumentaría rapidamente nuestra presión
arterial, pudiendo producir daños cardíacos. El entrenamiento de fuerza
con cargas elevadas (fuerza máxima) estará totalmente contraindicado ya
que aumenta alarmantemente nuestra presión arterial y en personas con
hipertensión es muy peligroso.
Los efectos beneficiosos de la actividad
física se dan con hacer una actividad ligera y durante un poco tiempo,
ya que realizar la actividad 3 o 5 días y 30 o 60 minutos no van a tener
cambios significativos entre unos y otros, además la intensidad no
supone una diferencia significativa en el efecto obtenido ya que se
obtienen similares resultados con intensidades del 40% como con
intensidades del 70% del VO2 max.
Espero que estos consejos os puedan
ayudar o que sean de vuestro interés, y ya sabéis hay que hacer
ejercicio siempre supervisado por un especialista o con asesoramiento
médico si tenemos hipertensión.
Bibliografía:
Marquez S.; Garatachea N. “Actividad física y salud”
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