Es frecuente ver, en cualquier gimnasio del territorio español,
a eso de las 19h ó 20h. de la tarde como las salas de ciclismo indoor están
a rebosar de clientes que se ejercitan en nuestras sesiones. Hoy quiero
compartir con todos los instructores y clientes, algunos datos que considero
curiosos a la hora de trabajar en nuestras clases de Ciclismo indoor.
La prevalencia en España de adultos mayores de 18 años, que
sufren problemas relacionados con la Hipertensión Arterial
(HTA), oscila entre el 30 y el 50% y en el caso de los mayores de 65 años,
puede llegar hasta el 68%.
Como vemos, la tasa de prevalencia es elevada. Sin embargo,
si atendemos a las cifras ofrecidas por la Encuesta Nacional de Salud de 2001,
en España se consideraban hipertensos, es decir, conscientes de la enfermedad,
el 14.4% de la población adulta.
Esta discrepancia de cifras indica que gran número de los
clientes que practican ciclo-indoor en nuestras salas,
desconocen la existencia de su patología, NO ponen remedio y presentan sin
saberlo un importante riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, que
podrían evitar.
Por otra parte, la mitad de los pacientes diabéticos y en
torno al 30% de los que sufren intolerancia a la glucosa son hipertensos.
Suele relacionarse con la obesidad, con la neuropatía de la diabetes mellitus
tipo I y con la hiperinsulinemia de la tipo 2. La HTA incrementa el riesgo de
sufrir neuropatías, por lo que estos clientes deberían mantener un
control más estricto.
La mitad de pacientes con síndrome metabólico son
hipertensos al comienzo de su historia patológica, y aumenta hasta el 80% si
son diabéticos. El 30% de los hipertensos sufren también hiperlipidemina
asociada, habiéndose demostrado correlación entre la gravedad de la
hipertensión y el nivel de hipercolesterolemia.
Los datos son evidentes, pero no quiero despertar ningún
tipo de alarma social, más bien todo lo contrario, me gustaría que fuésemos
conscientes de todos estos datos a la hora de plantear nuestras sesiones y
sobre todo a la hora de dar CONSEJOS, ya que muchos
instructores se atreven a dar a los clientes pautas de actuación, ante diversas
patologías.
Creo que ni estamos facultados para tal desempeño, ni
poseemos los conocimientos necesarios para ello. Nuestra labor acaba cuando
remitimos a un cliente al médico, si alguien nos pregunta, lo sensato, sería
actuar de esa manera y no meternos en terrenos que no son de nuestra
competencia, aunque en muchas ocasiones, la ignorancia hace valiente a la
gente. Confío en el trabajo multidisciplinar entre licenciados en ciencias de
la actividad física, médicos y fisioterapeutas, cada uno en su parcela.
Podemos intervenir en el tratamiento de la HTA,
de dos formas; con fármacos, base principal de la reducción del riesgo
generado por el trastorno , y por otro lado, el tratamiento no farmacológico,
complemento de inestimable necesidad, en el cual la actividad
física y en nuestro caso concreto elciclismo indoor, desempeñan un
papel muy importante.
Algunas medidas no farmacológicas y que si que podríamos
aconsejar a nuestros clientes son: reducción de peso, sobre todo el perímetro
abdominal, reducir el consumo de sal, alcohol y tabaco, además de limitar el
consumo de grasas animales y como es lógico por lo que nos respecta, hacer ciclismo de Interior,
que es la parte que nos va a ocupar ahora.
Ya se menciona en otros artículos, como por ejemplo, en los
de las respuestas y adaptaciones cardiacas al ejercicio, la influencia que
tenía la vía simpática y parasimpática. La vía simpática influye en la TA,
mediante la adrenalina, que actúa sobre los receptores adrenérgicos del corazón
aumentado la frecuencia cardíaca y la contractilidad miocárdica, también ejerce
influencia sobre los riñones y en las células musculares lisas de los
vasos, por ese motivo la TA, aumenta durante las clases de ciclo-indoor proporcionalmente
a como aumentamos la intensidad.
Por otro lado la vía parasimpática, mediante su
neurotransmisor, la acetilcolina, actúa en los receptores colinérgicos del
corazón reduciendo la frecuencia cardíaca, la contractilidad,
además de actuar en los riñones, contribuyendo, en definitiva, a reducir la TA.
Durante la acción de pedalear, en el caso del ciclismo y la
de caminar con bastones en el caso del waking, se requiere la implicación de
grandes grupos musculares, por lo que aumenta el flujo sanguíneo dirigido a los
músculos activos de las piernas y los brazos, y disminuye el de los músculos no
activos, la consecuencia de este fenómeno es el aumento de la TAS
( tensión arterial sistólica), una ligera disminución de la TAD
(tensión arterial diastólica) y una reducción de la resistencia
periférica.
Sin embargo sí que se ha observado en diversos estudios un
fenómeno de hipotensión postejercicio, (una bajada de la tensión después de
hacer ejercicio), tanto en sujetos normotensos, como hipertensos, lo que podría
justificar, al menos en parte, el efecto de adaptación al ejercicio.
Se ha observado en algunos estudios, una bajada de la TA,
que llega hasta las 22-24 horas post-ejercicio y entre 5 y 13 mmHg
en las primeras 16 horas, con respecto al día que no se hacía ejercicio. Por lo
que podemos deducir que la práctica del ciclismo indoor estaría más que
aconsejada en personas con problemas de hipertensión.
Diversos estudios concluyen en que las mejores intensidades
para trabajar los hipertensos estarían sobre el 75% del V02máx.
Espero haber aclarado algunas dudas al respecto, es un tema
del que se puede extraer mucha bibliografía, si alguno estuviese interesado en
profundizar en el tema, que plantee preguntas concretas.
Autor: Jose Antonio Hidalgo Martín
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